Hace un tiempo, Oscar Piastri le propuso a su mamá dar un paseo en bicicleta.
Ella aceptó y salieron, cerca de la playa.
Gozaban del paseo cuando surgió de la nada un chiquito, se cruzó delante de ella y la situación terminó con la señora volando por sobre el manubrio y golpeada en la cabeza, sobre el asfalto.
“¿Estás bien?“, le preguntó su hijo.
”Sí.
Sigamos”, respondió la madre.
Piastri, piloto de Fórmula 1, llevaba un sensor de latidos..